"Ahora bien: que sean las Canarias estas Islas Afortunadas, de que tanto habló la sabia antigüedad es un punto en que casi toda la república literaria está hoy convenida. Y estándolo, ¿quién podrá disputarles de buena fé el atributo de Campos Elíseos? . Estas islas son dos, separadas por un estrecho brazo de mar y distantes de las costas de África cosa de mil estadios. Llámanse Afortunadas y experimentan lluvias muy suaves y periódicas. Sus vientos son benignos ... Así, hasta entre las naciones bárbaras y remotas han llegado y prevalecido la opinión de que éste es el lugar de los Campos Elíseos y el domicilio de los bienaventurados tan decantado en las obras de Homero."